Hoy día, la dosificación inferior o igual a 20kg es muy habitual en todo tipo de productos. Sin embargo ha quedado casi reducida al mercado minorista, cuando la naturaleza del proceso requiera una dosificación baja en largos períodos de tiempo, o a una manipulación exclusivamente manual.
Y es que conforme al crecimiento de nuestras industrias, se hace más evidente la necesidad de procesar/manipular más producto en el menor tiempo posible y con los mínimos medios necesarios.
Una de las virtudes que el big-bag puede aportar a nuestro proceso es la posibilidad de procesar, almacenar o transportar grandes cantidades (hasta 2000 kg/big-bag) reduciendo el número de manipulaciones y personal necesario para las mismas, a un bajo coste, y manteniendo las propiedades del producto en condiciones óptimas.
Casi cualquier tipo de industria dispone de medios para la manipulación de big-bags, y en el caso de no disponerlos, el coste para adaptarse mínimamente con un rendimiento notable es asumible.
El big-bag permite adaptar sus características, tanto a las instalaciones de llenado o vaciado, como a las necesidades de volumen y resistencia, así como a la protección y seguridad del contenido.
Y es que en primer lugar, 1 pallet de big-bags de dimensiones 1×1,20×1,40 metros nos ofrece la disponibilidad de tener una capacidad de almacenamiento superior a 300000 litros. (Ejemplo 1 pallet de 225ud big-bags de 1,55 metros de altura). Por hacer un símil, es como sí tuviéramos un silo plegado, y que lo desplegamos con la capacidad que necesitemos en cada momento, siendo nuestro único límite el espacio de nuestras instalaciones.
Esta es una ventaja no sólo por circunstancias puntuales, sino que frente a una instalación de una capacidad determinada fija, el big-bag nos permite utilizar exclusivamente la cantidad que requiera la situación, aplicándolo a productos de distinta naturaleza sin contaminación entre ellos.
Cada vez son más los productos que además de las fases intermedias de su procesado, llegan al usuario final en big-bags.
Y esto es debido, a que los mismos beneficios que los big-bags aportan a nuestro proceso, también se los aportan a los usuarios finales de los mismos. Gran capacidad, poca manipulación y bajo coste.
Es por ello, que debemos considerar al big-bag uno más en nuestras empresas, siendo si cabe el envase/embalaje más versátil que podemos encontrar.